En el análisis que hacíamos hace unos meses sobre el informe TRENDS 2015, en matemáticas el porcentaje de alumnos excelentes de España, es del 3%, mientras que las medias de la UE y la OCDE están en 7% y 10% respectivamente. 2011 en nuestro país sólo había un 1% de alumnos con altas capacidades. Mientras que en Ciencias el porcentaje de alumnos excelentes volvía a estar por debajo de la media de la UE que tiene un 7% de alumnos con altas capacidades y la OCDE con un 9%. Es muy necesario que prestemos atención a estos niños en el nuevo paradigma educativo, pues su elevada dotación intelectual les puede suponer un riesgo de adaptación a su entorno educativo si no se les prepara y estimula adecuadamente como desarrollaremos más adelante.
Pero, ¿qué son alumnos con altas capacidades? Como bien dice Olga Carmona, experta en Diagnóstico y Atención Psicopedagógica de Niños con Altas Capacidades, en declaraciones a ABC Familia, «Altas Capacidades Intelectuales es un concepto que engloba, sobredotación, talento y precocidad intelectual. Simplificando mucho y para entenderlo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los superdotados son aquellos niños que tienen un coeficiente de inteligencia igual o superior a 130. El superdotado posee una excepcionalidad muy superior en todas las áreas y aptitudes de la inteligencia, es la expresión máxima de la inteligencia humana».
Estas altas capacidades no siempre son bien gestionadas por los alumnos, como explica en el Consejo Superior de Expertos en Altas Capacidades Enric Roca, profesor titular y vicedecano UAB, “Hay alumnos que sufren mucho en las aulas, y lo hacen en silencio, porque consideran que sus aptitudes no son “normales” porque no responden a los estándares que se consideran adecuados al curso en concreto, a la edad, al nivel curricular etc. Entonces intentan esconder su talento, su potencialidad y muy a menudo la falta de un tutor que sepa evaluar y reconducir estas circunstancias puede provocar un daño irreparable, puede llevar al alumno al fracaso escolar o bien sumergir al alumno en unas condiciones psicológicas de sufrimiento, inseguridad, aislamiento, etc”.. Es fundamental para estos AACC que los padres y los profesores, cada uno en su ámbito
En el trabajo alumnos con altas capacidades y aprendizaje cooperativo, elaborado por la Fundación Pryconsa y coordinado por Juan Carlos Torrego Ana Miguel López Aránzazu Moya Gutiérrez, nos definen a los AA.CC como “aquella persona cuyas capacidades son superiores a las normales o a las esperadas para su edad y condición, en una o varias áreas de la conducta humana. Pero esta definición ya nos genera varios interrogantes: ¿qué es lo normal?, ¿cómo se pueden medir esas capacidades?, ¿cuánto deben medir para considerarlo superdotado?”.
Ana Miguel López y Aránzazu Moya Gutiérrez, en el mismo trabajo hacen una distinción en las carácterticas de estas personas:
— Aquellas que tienen Alta capacidad: “Estos sujetos presentan un nivel de rendimiento intelectual superior en una amplia gama de capacidades y aprenden con facilidad cualquier área o materia Las diferencias son fundamentalmente cualitativas, es decir, presentan un modo de funcionamiento diferente a la hora de enfrentarse y resolver una tarea. Hay autores que distinguen los casos de superdotación extrema y así hablan de «superdotación de primer orden» (sujetos con productividad superior y CI mayor de 155) y «segundo orden» (CI entre 125 y 130)”.
— Talentosos: “Alumnos que muestran habilidades específicas en áreas muy concretas. Se puede hablar de talento académico, talento matemático, talento verbal, talento mo- triz, talento social, talento artístico, talento musical, talento creativo…”
Cómo actuar cuando detectamos a un niño superdotado
Para un correcto desarrollo de las capacidades de estos alumnos es fundamental dar una respuesta correcta a las necesidades tanto individuales como colectivas. Según el informe LA EDUCACION DEL ALUMNADO CON ALTAS CAPACIDADES, elaborado por un equipo de trabajo de la Dirección de Renovación Pedagógica que ha coordinado Javier Apraiz de Elorza, los objetivos generales que se plantean en el currículo ordinario son válidos para este alumnado, dada su formulación en términos de capacidades que se pretenden desarrollar a lo largo de una etapa educativa determinada; lo que va a variar es el grado en el que pueden desarrollar dichas capacidades”. Partiendo de estas premisas, y tratando de implementar un currículo gamificado, como nos indica el mismo documento, trataremos de priorizar “objetivos afectivos que capaciten al alumno para”:
— Desarrollar un concepto positivo de si mismo: comprensión y aceptación de sentimientos, capacidades y limitaciones, independencia, etc.
— Desarrollar determinados valores: respeto a los demás, aceptación de diferencias, confianza y aceptación.
— Desarrollar la socialización: respeto y aceptación de los demás, capacidad para confiar en los otros, relaciones positivas con los compañeros, etc.
En este cambio de paradigma al que estamos asistiendo, en el que están jugando un papel fundamental los profesores motivados, es fundamental que estimulemos a estos alumnos con AACC, tanto por el buen desarrollo de su personalidad y su preparación, como por todo los que pueden aportar a la sociedad. Así lo expresa Isaac Garrido, jefe del Departamento de Psicología Básica de la Universidad Complutense de Madrid en el Consejo Superior de Expertos en Altas Capacidades: “Para el nuevo paradigma de la superdotación y de las altas capacidades y la neurodidáctica (aplicación en el ámbito educativo del conocimiento actual sobre el funcionamiento del cerebro) pueden posibilitar el final de esta grave situación”.
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