Aprendizaje por competencias

abril 21, 2017

El mundo actual —y el del futuro no digamos—, vive en un cambio social y económico permanente propiciado por los avances en nuevas tecnologías. En este escenario complejo y en constante transformación, el concepto que hasta ahora se tenia de educación ha quedado obsoleto, por lo que es imprescindible cambiar de paradigma educativo y formar a los alumnos para que el día de mañana posean diferentes capacidades que les permitan adaptarse: disposición continua para aprender, dinamismo, interacción, creatividad, capacidad de aplicar lo aprendido a la vida real, etcétera. Para ello, lo más adecuado es la formación en competencias, una educación en la que “se apliquen los conocimientos adquiridos a las tareas y retos cotidianos y a los entornos extraescolares; valorando previamente las distintas opciones y toma de decisiones”, como indica en sus bases el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, más conocido como Informe Pisa.

Desde hace unos años, La Unión Europea, a través de una Recomendación del Parlamento a los Estados miembros, ha instado a los diferentes ministerios de educación para que implementen en sus currículos una serie de competencias clave para el aprendizaje permanente. Según afirmaba Ján Figel’, miembro de la Comisión Europea de Educación, “el aprendizaje continuo se ha convertido en una necesidad para todos los ciudadanos. Es imprescincible mejorar nuestras aptitudes y competencias a lo largo de toda nuestra vida, no solo para realizarnos personalmente y ser capaces de participar activamente en la sociedad en que vivimos, sino también para poder tener éxito en un mundo laboral en constante evolución”.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) puso en marcha un plan llamado Definición y Selección de Competencias (DeSeCo). La labor de este proyecto es proporcionar una serie de claves que permitan a los diferentes sistemas educativos crear las condiciones necesarias para que los ciudadanos tengan una formación continuada a lo largo de su vida. El DeSeCo sostiene que por competencia debemos entender “la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada; combinando habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y demás componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”.

 

¿Cuáles son esas competencias y en qué consisten?

 

Según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, “el aprendizaje basado en competencias se caracteriza por su transversalidad, su dinamismo y su carácter integral. El proceso de enseñanza-aprendizaje competencial debe abordarse desde todas las áreas de conocimiento y por parte de las diversas instancias que conforman la comunidad educativa, tanto en los ámbitos formales como en los no formales e informales”. Como publicó el BOE el día 29 de enero de 2015, en la LOMCE se reconocen siete competencias:

 

  • Comunicación lingüística, es la herramienta que permite la comunicación, a través de diversos soportes, del individuo con la comunidad. En palabras de la LOMCE es «el resultado de la acción comunicativa dentro de prácticas sociales determinadas, en las cuales el individuo actúa con otros interlocutores y a través de textos en múltiples modalidades, formatos y soportes”. 
  • Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología, consiste en aplicar los principios matemáticos y científicos a nuestro ámbito. Como sostiene el MECD, esta aptitud “implica la capacidad de aplicar el razonamiento matemático y sus herramientas para describir, interpretar y predecir distintos fenómenos en su contexto”. 
  • Competencia digital, según describe La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, es aquella competencia que «implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y participación en la sociedad”. 
  • Aprender a aprender, es una de las competencias clave y que más nos ayudará a fomentar nuestra adaptabilidad. Como afirma el Ministerio de Educación, es “Fundamental para el aprendizaje permanente que se produce a lo largo de la vida y que tiene lugar en distintos contextos formales, no formales e informales. Supone la habilidad para iniciar, organizar y persistir en el aprendizaje”.
  • Conciencia y expresiones culturales, es la encargada de facilitar la interacción del individuo con el patrimonio cultural, histórico y artístico, y como indica el MECD, “implica conocer, comprender, apreciar y valorar con espíritu crítico, con una actitud abierta y respetuosa, las diferentes manifestaciones culturales y artísticas, utilizarlas como fuente de enriquecimiento y disfrute personal y considerarlas como parte de la riqueza y patrimonio de los pueblos. También incorpora un componente expresivo referido a la propia capacidad estética y creadora”.  
  • Competencias sociales y cívicas, es fundamental a la hora de relacionarnos con los demás y con la propia sociedad como conjunto. La LOMCE nos dice que esta competencia, además, “conlleva la habilidad y capacidad para utilizar los conocimientos y actitudes sobre la sociedad, entendida desde las diferentes perspectivas; en su concepción dinámica, cambiante y compleja, para interpretar fenómenos y problemas sociales”.
  • Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor, es la herramienta que nos permite transformar las ideas en actos, y como afirman desde el Ministerio de educación, “es una competencia que está relacionada con la motivación y la determinación a la hora de cumplir los objetivos, ya sean personales o establecidos en común con otros, incluido el ámbito laboral”.

 

Estas herramientas, tan útiles para el desarrollo integral del sujeto, tanto personalmente como del propio individuo en relación a la sociedad, debe desterrar los inconvenientes que ha venido arrastrando la educación tradicional, fundamentada en un aprendizaje única y exclusivamente basado en la memorización de datos —que también es importante, en su justa medida—. Las competencias ayudan a aplicar, a poner en práctica, en definitiva, los conocimientos adquiridos en la cotidianidad de los alumnos; lo que, además de serles de gran utilidad a lo largo de su vida, les motiva a seguir aprendiendo pues pueden apreciar cómo se aplican dichos conocimientos y los acerca a su realidad.

 

Photo credit: Servicio de Comunicación Institucional via Visualhunt.com / CC BY-NC-SA

 

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