Las TIC en la educación

abril 27, 2017

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se han convertido en el principal motor transformador del mundo, afectando a todos los ámbitos de la vida cotidiana de millones de ciudadanos. Un cambio que se produce, además, de una manera más acelerada cada día. Y la educación, como no podía ser de otra manera, no es ajena a estos avances. Como afirma Roberto Carneiro -junto Juan Carlos Toscano y Tamara Díaz, entre otros autores- en el libro titulado Los desafíos de las TIC para el cambio educativo, “las TIC son la palanca principal de transformaciones sin precedentes en el mundo contemporáneo. En efecto, ninguna otra tecnología originó tan grandes mutaciones en la sociedad, en la cultura y en la economía. La humanidad viene alterando significativamente los modos de comunicar, de entretener, de trabajar, de negociar, de gobernar y de socializar, sobre la base de la difusión y uso de las TIC a escala global”.

Implementar estas herramientas se ha convertido en una prioridad para los gobiernos, tanto de países desarrollados como subdesarrollados. Es indispensable, para un modelo económico que quiera resultar competitivo en el mercado global, formar a sus ciudadanos en esta realidad. No sólo para que los alumnos puedan tener acceso a la información como tal, también son un instrumento de formación en sí mismas, que permiten conocer la interacción con los dispositivos y su uso, así como el acceso, manejo y discriminación de datos. Y es que, como dice el Instituto para la Utilización de las Tecnologías de la Información en la Educación (ITIE), organismo dependiente de la UNESCO, “Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden contribuir al acceso universal a la educación, la igualdad en la instrucción, el ejercicio de la enseñanza y el aprendizaje de calidad y el desarrollo profesional de los docentes, así como a la gestión, dirección y administración más eficientes del sistema educativo”.

Dichas tecnologías también son muy útiles para terminar de cerrar brechas sociales, ya sean por cuestión de desigualdad económica o, por ejemplo, de disparidad por sexo. Esta última es una de las principales preocupaciones de la UNESCO; pues, como recogen en sus informes, “Las niñas participan menos, alcanzan niveles inferiores de rendimiento y están menos motivadas a proseguir los estudios en asignaturas científicas. Este fenómeno de carácter mundial se debe principalmente a prejuicios sociales y culturales que afectan a la participación de las mujeres en las profesiones científicas. La UNESCO ha iniciado múltiples actividades con objeto de fomentar la participación y el interés de las niñas en la ciencia y la tecnología”. Y algo parecido sucede con los educandos en riesgo de exclusión social o de países subdesarrollados.

La tecnología en las aulas

El uso de las TIC, tanto en las aulas como en la educación informal, y los beneficios que reportan no admite discusión; siempre y cuando no queden relegadas a una mera tecnología vacía de contenido. Aspecto este, en el que está de acuerdo toda la comunidad educativa. Y, aunque el debate sobre sus ventajas e inconvenientes sigue vigente en la actualidad, su implantación es ya un hecho incontrovertible. Sería muy importante hacer un llamamiento, y aquí es fundamental la labor de las familias -y, en menor medida, de los docentes-, sobre que “las TIC no pueden ocupar todo el tiempo vital de los niños para que el movimiento físico, el contacto directo con el entorno, la relación tú a tú, y el pensamiento más pausado sigan formando parte de sus vidas”, como nos aconsejan desde el INTEF, Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Las principales funciones de las TIC, como señalaba Pere Marqués Graell, profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Facultad de Educación Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en su estudio Impacto de las TIC en la educación: funciones y limitaciones, publicado en la revista de investigación 3Ciencias son las siguientes:

  • Medio de Expresión: escribir, dibujar, presentaciones, webs, etc.
  • Canal de comunicación, colaboración e intercambio.
  • Instrumento para procesar la información.
  • Fuente abierta de información (mass media, self media).
  • Instrumento para la gestión administrativa y tutorial.
  • Herramienta de diagnóstico y rehabilitación.
  • Medio didáctico: informa, entrena, guía el aprendizaje, motiva.
  • Generador de nuevos escenarios.
  • Medio lúdico y para el desarrollo cognitivo.
  • Contenido curricular: conocimientos, competencias.

Es complicado que la mayoría de las escuelas puedan implementar todas las innovaciones que se van produciendo en los campos de la información y la comunicación, debido a la velocidad exponencial a la que se suceden los avances. Pero también es cierto que cada vez es mayor la preocupación de todos los centros -a todos los niveles, desde infantil a colegios, institutos o universidades y escuelas de negocio-, por incorporar estos avances indispensables para el desarrollo integral de las personas en el mundo de hoy y, por supuesto, como preparación para el futuro. Es casi imposible encontrar un centro docente que no haya incorporado a su labor diaria elementos informáticos (tablet, pizarras electrónicas, pupitres inteligentes, etc.) o redes sociales (Facebook, Twitter, Youtube…) para la comunicación con los educandos y sus familias, si son estos menores de edad.

Pero, ¿Cuáles son los objetivos que debe plantearse un centro que desee incluir, de forma efectiva, las TIC en su programación? Es cierto que en cada uno dependerá de sus necesidades especiales y al tipo de alumno al que esté enfocado, pero podemos señalar algunos denominadores comunes par todos. Desde el blog Las TIC en la educación, nos marcan unos objetivos concretos:

  • Contribuir a la actualización del Sistema Educativo que una sociedad fuertemente influida por las nuevas tecnologías demanda.
  • Facilitar a los profesores la adquisición de bases teóricas y destrezas operativas que les permitan integrar, en su práctica docente, los medios didácticos en general y los basados en nuevas tecnologías en particular.
  • Adquirir una visión global sobre la integración de las nuevas tecnologías en el currículum, analizando las modificaciones que sufren sus diferentes elementos: contenidos, metodología, evaluación, etc.
  • Capacitar a los profesores para reflexionar sobre su propia práctica, evaluando el papel y la contribución de estos medios al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Photo credit: jesusalonso23 via VisualHunt.com / CC BY-NC

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