Cambia “enseñar” por “aprender”
Formación online de calidad
Una de las certezas en materia de educación que nos ha dejado la nueva situación mundial que estamos atravesando es que, claramente, la formación tiene que ser online y tiene que ser de calidad. Pero para que esto sea así hay que dar una vuelta al modelo tradicional de aprendizaje centrado en lo que se quiere enseñar en vez de en lo que el alumno quiere aprender.
Y es justo en este segundo apartado, cuando hablamos de “calidad”, donde se encuentran más problemas. La razón es que la formación online hasta ahora ha producido pocos resultados debido a su metodología, que está centrada en los contenidos y deja de lado cómo aprende el cerebro realmente.
Y aquí se encuentra el error. La formación no puede estar centrada en los contenidos. Los contenidos están a disposición de todo aquel que quiera consultarlo en google o están dentro de tu propia organización (aprendizaje informal, aprender del que está al lado).
Así, la formación online se ha centrado en lo que yo quiero enseñar y ha dejado de lado la motivación de los alumnos como factor clave del aprendizaje.
Por tanto, los procesos de formación online se deben centrar en la motivación de los alumnos. Algo que afecta a todos los ámbitos del aprendizaje incluyendo el diseño y la estructura de los propios cursos que tienen que centrarse en lo que se aprende y no en lo que se quiere enseñar. Es decir, cambiando el foco de los intereses del profesor o la organización a los de los alumnos.
El interés por la formación online se dispara
El interés por la formación online se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Los últimos datos señalan que más del 57% de las organizaciones invertirá en formación online a lo largo de 2020. Y es que en un mercado competitivo como en el que estamos, y dentro de un contexto sin precedentes como el que atravesamos, la formación y capacitación de empleados se erige como solución para la supervivencia y adaptación de las compañías.
Por poner un ejemplo, la crisis sanitaria ha hecho que muchas compañías se hayan visto obligadas a adaptarse en muy poco tiempo a nuevos procesos, demandas e incluso líneas de negocio. El mercado ha cambiado a un ritmo vertiginoso y los empleados de las compañías han sido los encargados de articular ese cambio y mantener la productividad a la altura de la demanda exigida. Pero para que los cambios en las compañías sean posibles y puedan articularse con rapidez y sin necesidad de que las plantillas roten la formación interna es fundamental.
Pero no hace falta situarnos en un contexto de crisis para poner en valor la importancia de la formación interna. El mercado cambia continuamente y con él los entornos de las empresas y la necesidad de seguir desarrollándose. En este sentido, muchas compañías se ven obligadas a incorporar nuevos perfiles a su plantilla para que sean ellos los impulsores del cambio, algo que con la estrategia de formación interna adecuada no sería necesario.
Además, de cara al empleado, la formación también mejora la satisfacción, motivación e integración en la compañía.
La formación interna de calidad, un reto para muchas empresas
No obstante, son muchas las compañías que hasta el momento no han obtenido la rentabilidad deseada de su inversión en formación. Como señalábamos al principio, los empleados no parecen sacar partido a la formación, supone una gran inversión y cuenta con una alta tasa de abandono. Pero, ¿por qué sucede esto y cómo podemos revertirlo? (problemas: no hay colaboración, bajas tasas de participación ni tiene buena prensa)
Quizás la clave está en que debemos dejar de pensar en lo que se enseña y más en lo que se aprende, y sobre todo en cómo hacer que ese aprendizaje sea significativo.
En busca de un nuevo modelo metodológico centrado en la motivación
La clave se encuentra en articular un nuevo modelo metodológico centrado en la motivación de los alumnos. No se trata de lo que tú quieres enseñarles, sino en lo que ellos necesitan y quieren aprender y poner a su disposición las herramientas necesarias para conseguirlo.
Y no lo decimos nosotros, la ciencia lo avala. Hoy en día, sabemos que nuestro cerebro cambia, que su estructura no es fija, sino que todo proceso de aprendizaje va acompañado de un cambio en el cerebro. La neurociencia nos empieza a mostrar que las emociones son un elemento básico para que estos cambios se produzcan, es decir la emoción es clave para el aprendizaje.
Pero las emociones no las produce un profesor soltando contenido de forma unidireccional a sus alumnos, sino una metodología de aprendizaje que motive al alumno a participar, a aprender y a seguir desarrollándose.
La formación ya no es individualizada, la formación es colaborativa porque sabemos que el cerebro aprende de manera distinta cuando colabora y porque te permite identificar talento.
Por eso, en NeuroK, le damos la vuelta al tradicional modelo de aprendizaje online creando una plataforma colaborativa y diferente en la que los alumnos y su motivación siempre se encuentran en el centro. Así, nos centramos en los alumnos, en su proceso de aprendizaje y en cómo pueden alcanzar sus objetivos.

Si encontrar formación de calidad es un reto para tu compañía o quieres conocer nuevas metodologías de aprendizaje innovadoras no dudes en contactar con nosotros.