David López es responsable de Proyectos de Transformación de NIUCO, desde donde tratan de implementar nuevas tecnologías y transformar la forma de trabajar de los centros escolares basándose en los avances y descubrimientos de la Neurociencia y su aplicación a través de la Neurodidáctica. Su formación es lo que podría denominarse multidisciplinar; ingeniero forestal de carrera, ha trabajado en múltiples y diversos sectores y, como él mismo afirma, “20 años y dos máster después ahora estoy embarcado en la transformación de la educación”. Tras ser alumno del Master en Neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos, acaba de finalizar (el pasado 31 de junio) su primer curso en NeuroK como profesor, Aprende a Motivar, en el que ha podido explorar todas las herramientas que nuestra plataforma pone al servicio de alumnos y docentes, que ha contado con más de 700 de alumnos de diversos países (España, México, Bolivia, Ecuador o Puerto Rico) y que según los participantes ha sido todo un éxito.
NeuroK: ¿Cómo entras en contacto con la Neurociencia?
David López: “Hace unos años, cuando decido orientar mi vida profesional a la educación y al entorno educativo —tras muchos años en la formación de adultos en el entorno profesional—, una de las primeras personas con la que entro en contacto es con José Ramón Gamo, a quien conocía desde hace muchos años. En ese momento él estaba ‘pariendo’ la empresa que ahora es NIUCO. Yo me quería formar y hacer cosas con vistas a futuro, quería instruirme en lo que va a venir, no en lo que hay y se está haciendo ahora en educación. Hablando con José Ramón es como descubro la Neurodidáctica. Tuve claro desde el principio que la educación tendrá que ir por esa vía. Los profesores del futuro deben conocerla y saber cómo funciona el cerebro para poder ser más eficaces en su labor docente. Empecé a colaborar con Niuco antes, incluso, de que la empresa existiera como tal”.
NK: ¿Por qué decides inscribirte en el máster de URJC?
D.L.: “Cuando me pongo en contacto con NIUCO, llegamos a un acuerdo de formación y colaboración, ayudando a la vez que me empezaba a formar. Ellos acababan de lanzar el Máster de Neurodidáctica de la URJC, junto al equipo de Anna Forés y dentro de ese proceso de formación que estaba comenzando, empecé también como alumno para enriquecer y complementar con la visión del alumno todo el trabajo conjunto que estábamos haciendo”.
NK: ¿Cómo fue el paso de alumno a profesor?
D.L.: “En la primera edición del máster de la URJC yo era alumno, pero un alumno atípico, pues trabajaba con los responsables de su creación. Era alumno y a la vez estaba trabajando con todos los productos y los servicios que estábamos poniendo en pie desde NIUCO. Desde el principio tenía muy claro cuál era el objetivo: formarme para trabajar en ese proyecto. Teníamos presente que en algún momento dado iba a ser yo el formador. Posteriormente, me sirvió mucho como profesor, para ver cómo funcionaba todo y poder contar, con el punto de vista del alumno, las necesidades que tiene, cuáles son las dudas que surgen, etc. Mi participación en el curso fue para detectar todos estas necesidades. Fue una experiencia muy enriquecedora porque los profesores siempre tenemos que ponernos en el lugar de los alumnos, que son los protagonistas de todo el proceso de aprendizaje. Haber sido alumno del curso en el que luego yo tendría que ser profe me sirvió mucho para poder empatizar con ellos”.
NK: ¿Qué le dirías a alguien que esté pensando hacer el máster de la Rey Juan Carlos?
D.L.: “Es un máster que está muy bien pensado, aprendes muchísimo sobre cómo es el proceso de aprendizaje y la dinámica que se ha de tener entre los participantes. El máster te ayuda a entender qué es esto de la neurodidáctica, vas a adquirir los conocimientos necesarios sobre cómo funciona el cerebro, cuál es su funcionamiento en los procesos de aprendizaje y qué podemos hacer desde fuera —como docentes— para generar experiencias que provoquen que los alumnos aprendan. Lo que sabemos científicamente es que el aprendizaje es algo intrínseco del alumno, que es quien debe querer aprender y tiene que hacer y construir su propio conocimiento. Los docentes lo que hacemos es guiar todo ese proceso en el que el protagonista es el alumno. En ese sentido el máster esta muy bien dirigido para que sea así, está planteado para que sea el propio alumno el que investiga, el que busca la información, el que la comparte, el que genera debates con sus propios compañeros. El aprendizaje se construye a través de la comunicad de aprendizaje que se forma, contando con la guía y el criterio del profesorado. A quienes estén interesados en Neurodidáctica les animaría a hacerlo, pero deben saber que hay que trabajar mucho, requiere una implicación muy activa”.
NK: ¿Cómo ha sido la experiencia con en curso de NeuroK ‘Aprender a Motivar’?
D.L.: “Ha sido una experiencia muy, muy buena por parte de todos. El feedback que estamos recibiendo de los alumnos que lo han hecho está siendo muy positivo, el 80-90% afirman que han aprendido mucho, que les ha sido muy útil y que lo pondrán en práctica. La verdad es que ha sido muy enriquecedor para todos los que hemos participado en él. Es una cosa novedosa porque hacer un curso participativo y colaborativo, compartido con tantos alumnos y a través de NeuroK (que ha permitido toda esta participación de casi 700 personas) ha sido muy interesante, la verdad”.
NK: ¿Y trabajar con un número tan elevado de alumnos y de tan distintas procedencias?¿Requiere un mayor esfuerzo por parte del profesor?
D.L.: “Está planteado así desde que se empezó a esbozar el curso. Quienes tienen que llevar el papel protagonista y quienes dirigen el curso son los propios alumnos. El profesor va, como quien dice, abriendo puertas, marcando opciones y lanzando ganchos para que luego sean los propios alumnos los que van buscando su propia información, generando debates y retro-alimentándose entre sí. Realmente son ellos los que hacen todo el proceso de aprendizaje. La idea, desde el principio, es que el maestro participara lo menos posible. Sólo si había acciones que se distanciaran mucho de los objetivos deberíamos intervenir y tratar de reconducirles. Pero prácticamente esto no ha hecho falta, entre los propios educandos se han encargado de marcar lo que es interesante y lo que no, a través de las herramientas que NeuroK facilita la gente ha podido votar e ir valorando los documentos que se van colgando, la actividades se las evalúan entre ellos, etc.; por lo que el profesor a penas tiene que intervenir. El objetivo era precisamente ese, que fueran autónomos en su proceso de aprendizaje”.
NK: ¿Qué tal ha sido la respuesta del alumnado a esta metodología de trabajo?
D.L.: “Al principio había un poco de incertidumbre. No estaban acostumbrados a este formato en el que son responsables de su propia formación, en el que tienen que colaborar entre sí, y se sentían un poco con la necesidad de una figura de autoridad —el profesor— para que validara lo que estaban haciendo. Es un problema de la cultura educativa que arrastramos, en la que necesitamos que alguien nos diga lo que está bien y lo que está mal. Pero al final el resultado ha sido de lo más positivo para ellos, en las encuestas que hemos pasado al finaliza el curso, el 90% de los alumnos está más que contento con la experiencia”.
NK: ¿Qué diferencia Neurok de otras plataformas de e-learning?
D.L.: “En NeuroK se pone el acento en el alumno y en el proceso, más que en los contenidos. No se trata solamente de adquirir conocimientos, sino que el alumno adquiera también competencias. Para eso el alumno tienen que hacer, tiene que producir y tiene que construir: está enfocado directamente en el trabajo del alumno. Es él quien dirige la información, quien la valida y contrasta. Y quien evalúa y se evalúa a sí mismo. El formato es generar una comunidad de aprendizaje donde sean los propios alumnos quienes van definiendo qué es lo que quieren aprender y cómo es como lo quieren aprender, cada uno a su ritmo. La forma de evaluar es a través de la participación y del trabajo del alumno —y no cuenta tanto la adquisición de contenidos, que al final es importante, pero no es lo más relevante porque el contenido está ahí ya, toda la información está en internet—. Lo fundamental es que el alumno sea capaz de buscar, de validar, de criticar, de analizar y de gestionar esa información para alcanzar cualquier meta que se plantee”.
NK: Como profesor, ¿qué diferencia supone preparar un curso online con 700 alumnos de uno presencial?
D.L.: “No tiene nada que ver con un curso presencial. Lo que buscamos como profesores es la implicación del alumno y la participación activa dentro del proceso. Sólo van a aprender si están activos y quieren aprender. Las estrategias de motivación de los alumnos para la implicación emocional y para la participación son diferentes cuando estás con ellos en un taller, donde cuentas con el lenguaje corporal, por ejemplo. Esto es muy diferente en el entorno no presencial, el objetivo es el mismo pero los recursos y las estrategias tienen que ser muy diferentes”.
NK: ¿Cómo te imaginas el futuro de la educación no presencial?
D.L.: “Van a tener que convivir tanto la educación presencial como la no presencial, hay que tener en cuenta que el cerebro es un órgano social y aprende en comunidad, aprende en contacto con otros cerebros. En ese sentido la formación no presencial no viene a sustituir a la presencial, sino que aporta cosas que en un aula física no se pueden hacer. Por ejemplo, el curso que acabamos de finalizar, donde hemos logrado unir una comunidad de 700 profesores durante tres meses, trabajando en un mismo entorno común y, a la vez, cada uno podía contar con unos intereses diferentes. Eso en un curso presencial es imposible de hacer, es muy complicado. Sin embargo las nuevas tecnologías sí que nos permiten poder llevarlo a cabo, poder llegar a sitios a los que lo presencial no alcanza. En el futuro inmediato la educación online no sustituirá, sino que complementará la formación del alumno. El eje fundamental en el que se debe sustentar la formación no presencial es la individualización y la personalización de la educación, pues a través de la tecnología podemos diseñar y ajustar a medida experiencias de aprendizaje para cada alumno, en base a sus intereses y a su forma de aprender”.