El Gobierno de España apuesta por la formación como una de las vías para que las empresas españolas hagan frente al impacto que la crisis ocasionada por la COVID-19 ha tenido en su actividad. Sin duda una buena noticia pero, si lo que queremos es que las empresas aprovechen todo su potencial y optimicen al máximo su inversión en formación, no podemos recurrir a metodologías caducas. Debemos aprovechar este impulso para articular el cambio metodológico que el sector demanda.
El pasado mes de mayo el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, anunciaba un paquete de ayudas y formación para la digitalización de empresas y jóvenes dotado con 70 millones de euros.
El paquete contempla un programa de formación y dos convocatorias de ayudas que, enmarcadas dentro del programa AceleraPyme de Red.es – entidad pública adscrita al Ministerio a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial -, tienen como objetivo ayudar a jóvenes y empresas a afrontar el impacto causado por la COVID-19 en su actividad.
Para los que no conozcan AceleraPyme, es un programa que, como su nombre indica, pretende acelerar el proceso de digitalización de las pymes a través de asesoramiento, formación, apoyo financiero y la creación de soluciones tecnológicas.
De este modo, vemos como la formación vuelve a posicionarse como uno de los elementos indispensables para que las compañías innoven y puedan hacer frente al mercado más inestable y competitivo que hemos visto en las últimas décadas.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”
En NeuroK siempre hemos defendido que la formación, la innovación y la competitividad van estrechamente unidas. Sin embargo, no podemos olvidar que, si realmente queremos que esa inversión en formación tenga un impacto positivo, y relevante en las compañías no podemos hacer siempre lo mismo. Sobre todo cuando sabemos que no funciona.
Y es que no podemos continuar hablando de innovación y digitalización ciñéndonos a metodologías caducas que no se adaptan a las necesidades reales de los usuarios y que no aprovechan realmente todas las posibilidades que la tecnología ofrece. La formación online no puede estar centrada en un profesor compartiendo contenido utilizando la red como aula. Si continuamos haciéndolo de este modo, el resultado seguirá siendo el mismo: alumnos desmotivados, alta tasa de abandono y baja rentabilidad. Si queremos que las empresas innoven pongamos a su disposición herramientas innovadoras.
Es decir, si hablamos de innovación y queremos que la formación realmente sea relevante y consiga ayudar a las compañías a salir de esta profunda crisis en la que muchas de ellas ya se encuentran sumidas, no podemos hacer lo de siempre.
Hay que situar al alumno en el centro del proceso de aprendizaje
Estamos atravesando una crisis económica y social sin precedentes y no podemos pretender dar respuesta a los grandes retos del presente y del futuro con metodologías de hace décadas.
En NeuroK creemos que este es el momento idóneo para apostar por una aproximación pedagógica diferente más coherente con la realidad en la que vivimos, centrada en los alumnos, en sus motivaciones y en sus emociones. Y para que esto sea posible las empresas, los formadores y las plataformas de formación deben de estar alineadas.
Este es el momento. Desprendámonos ya de todo aquello que no aporta, salgamos de nuestra zona de confort y apostemos por centrarnos en lo que se aprende y no tanto en lo que enseñamos.