Llevo varios años dando clase en el IE. Cuando empecé a trabajar en educación, y cuando diseñamos NeuroK muchos me decían que no podía hablar de educación por dos razones:
Soy empresario, y si socialmente no tenemos muy buena imagen en educación no te quiero ni contar (pero eso igual da para otro post 😉 ).
No había dado clase nunca.
Así que decidí empezar a dar clases y llevo desde 2015 colaborando con el IE en sus programas MIM e IMBA, con alumnos de muchos países distintos.
En las clases pruebo y práctico lo que aprendo de educación. Además, he descubierto que me gusta estar con gente con ganas de aprender y poder devolver un poco de mi experiencia de tantos años haciendo software y además he descubierto que me gusta.
A raíz del Coronavirus el IE ha tenido que cambiar a un modelo de clase completamente on-line. El IE ha hecho un enorme esfuerzo de poner a disposición de su comunidad la plataforma necesaria para replicar la experiencia de aula en remoto.
Y esta semana he intentado “dar” mis primeras clases on-line, y no estoy nada contento con el resultado:
- No es posible conectar con los alumnos.
- Si ya es difícil ganarse la atención en el aula, en remoto es más difícil todavía.
- No hay realimentación de los alumnos.
- Es imposible ponerle pasión al mensaje.
- Trabajar en equipo es muy difícil, y lo mismo con el aprendizaje cooperativo. No puedes deambular por la clase.
En este experiencia he aprendido que la solución al aprendizaje online no se resuelve con tecnología, sino que debemos replantearnos las cosas, y se me ocurrió cuestionarme:
¿Por qué las clases tienen que ser síncronas? ¿Por qué lo son?
Las clases son síncronas, no porque hayamos probado que es el mejor modo de hacerlo, sino porque cuando nace la educación la única manera de acceder al conocimiento era por transmisión directa del profesor al alumno. Con el paso de los años hemos ido añadiendo prácticas, metodologías activas, y otro montón de avances pedagógicos, pero siempre con el profesor presente.
¿Tú crees que si Ramón y Cajal acudiera hoy a un laboratorio de NeuroCiencia sabría trabajar? Probablemente le costaría adaptarse a toda la tecnología que tiene alrededor, y seguro que los métodos han cambiado.
Pero y Fray Luis de León, ¿podría hacer hoy una clase on-line? La triste respuesta es que sí. Que no ha cambiado casi nada desde entonces.
La solución de la formación online no es hacerla igual pero en remoto
El coronavirus va a obligar a muchas instituciones educativas a hacer la transición a la educación on-line a toda velocidad. Creo que la mayoría están “informatizando” su clase para que se pueda hacer en remoto, pero se están olvidando que la transformación digital no es eso, la transformación digital es cambiar la esencia misma del proceso, cambiar el método los principios y los valores que guían nuestra actuación.
Espero que muchos entiendan más pronto que tarde que la solución a la educación on-line no es hacerla igual pero en remoto.
Y claro, que entiendan que la propuesta de NeuroK es la alternativa.
Un post de Agustín Cuenca, CEO de ASPgems y NeuroK