En la actualidad existen multitud de propuestas educativas a disposición de las familias para que puedan elegir el tipo de educación que desean darle a sus hijos. Cada vez son más los padres que huyen de metodologías arcaicas, que a penas han evolucionado desde el siglo XIX y que se ajustan poco a la realidad de la sociedad en la que vivimos. Metodologías que no se han sumado a la renovación pedagógica ni a los adelantos de la tecnología —más allá de implementar ordenadores o tabletas a sus aulas—, sociales o, mucho menos aún, a los avances que se van logrando en campos como la Neurociencia.
En nuestro afán de ir mostrando y analizando diferentes propuestas y sistemas educativos, hoy hablaremos sobre el Método Waldorf, uno de los más que más demanda están teniendo en numerosos países. Principalmente en Estados Unidos y Europa. España no se queda al margen y son muchos los centros adscritos a esta metodología que desde hace 90 años se propuso cambiar el panorama de la educación.
En nuestro país los centros que imparten esta metodología se organizaron ha algunos años en torno a la Asociación de Centros Educativos Waldorf. Organismo, encargado de salvaguardar y garantizar las buenas prácticas del método en los centros asociados. La institución persigue dos fines principalmente, por un lado, según rezan las bases de la entidad, lograr el “apoyo para la creación, el mantenimiento y el desarrollo de instituciones y colegios, que se propongan trabajar con la base pedagógica desarrollada por Rudolf Steiner”. Y su segundo propósito es conseguir “el apoyo a las personas o grupos de personas que se dediquen, totalmente o en parte, a actividades encaminadas al fin señalado anteriormente”.
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