Las dinámicas no sólo son una excelente forma de aprender, sino que, además, suponen un empuje extra de motivación para los participantes de la formación. Pero para que que funcionen, tienen que estar adaptadas al entorno de curso.
El objetivo de los profesores es actuar como guías para que los participantes adquirieran, por ellos mismos, los conocimientos y los objetivos marcados. Por lo tanto, su labor no sería explicar contenidos acabados, con un principio y un final muy claros, sino proporcionar el material adecuado para estimular a los participantes mediante estrategias de observación, comparación, análisis, etc. Y aquí es donde entran en juego las dinámicas.
Las dinámicas no sólo son una excelente forma de aprender, sino que, además, suponen un empuje extra de motivación al romper el hielo y fomentar la cercanía entre todos los participantes.
Al igual que ocurre con cualquier otro recurso didáctico, una dinámica tendrá que estar adaptada al entorno para que funcione. Y, para ello, tendremos que tener en cuenta los siguientes aspectos.
Cómo seleccionar las dinámicas de aprendizaje
Los objetivos del curso
Sin duda es el aspecto principal a tener en cuenta. No debemos perderlos de vista en ningún momento. Para que una dinámica tenga sentido en nuestra formación, deberá estar enfocada a conseguir uno o más objetivos de aprendizaje del curso. Lo esencial es que resulte útil y tenga sentido en todo momento.
La planificación
Es fundamental tener bien planificado cada aspecto de la dinámica, ya sean los temas de los que se va a hablar, el tiempo que durará cada parte, los recursos necesarios y, por supuesto, el aspecto técnico.
La mecánica
El funcionamiento de una dinámica ha de ser sencillo, fácil de entender y de seguir. No debemos olvidar que una de las metas que buscamos conseguir es hacer el aprendizaje más ameno, que los estudiantes se suelten, se conozcan, se motiven y, con ello, se formen más y mejor. Una dinámica demasiado compleja o densa romperá por completo con ese objetivo. Explica bien cómo será la mecánica del ejercicio antes de empezar y simplifícalo al máximo para que no surjan dudas.
El contexto de los participantes
También debemos tener en cuenta, ya que se trata del ámbito digital, el contexto tecnológico de cada participante. Seguramente no todos dispongan de las mismas herramientas a su alcance, por lo que siempre es mejor preguntar primero de qué elementos disponen y adaptarlo si fuera necesario.
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